NO EXISTE LA ESPERANZA
Pasó
la tempestad… Llegó la calma…
Comenzaron,
de nuevo…
Después
de la tormenta…
A
florecer mis margaritas y mis nardos.
Las
rosas… rosadas que murieron…
Volvieron
a llenar con su fragancia
El
espacio vacío que dejaron.
El
reloj… Me recuerda, que el dolor pasa…
Que
con cada campanada,
Puede
llegar de nuevo la esperanza;
¡Pero
no! La esperanza, no volverá
Porque no existe…
Porque
solo la inventamos, los que soñamos y confiamos.
Los
que hacemos castillos en el aire,
Los
que navegamos en veleros chiquititos
Y
creemos que podemos llegar al fin del mundo, si queremos.
Los
ilusos que pensamos, que la amistad existe,
Que el amor es bueno, que confiamos y nos
entregamos.
Entregamos,
el alma, la confianza, la ternura, una sonrisa,
La
palabra amable, una mirada.
Y
esperamos…
Recibir… También lo mismo…
Una
palabra que nos acaricie…
Un
beso, que quizás, solo soñamos.
Una
mano, que este presta, a levantarnos,
Una
mirada, que al mirarnos, solo diga:
“Tranquila,
que yo estoy a tu lado”
La
esperanza no existe…
Solo
la inventamos…
Cuando
nos sentimos libres como las gaviotas
Y
buscamos playas, que hace mucho…
Mucho
tiempo, que no visitamos.
Cuando
inventamos mundos, solo nuestros,
Donde
podemos llegar, en la máquina del tiempo
O
porque nos creemos, cóndores reales
Para
cruzar los andes y llegar a ellos.
O
como el loco del parque, que buscaba,
Con
la “esperanza” de encontrar sus sueños.
Solo
nosotros la inventamos, como un consuelo…
La
esperanza no existe… Solo es una palabra.
Que
solo, los ilusos, inventamos.
Cuando
la necesitamos...
Eva
Amanecer
del jueves 3 de abril de 2014
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de Autor Reservados
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