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miércoles, 27 de noviembre de 2019

NADA MÁS



NADA MÁS

Amor…
Pobre amor mío
Siempre pensando en ti.
Siempre soñando…
Cuando estoy en el mar o en la montaña,
Cuando duerno o en mis desvelos… sueño.
Amor…
Que llegaste cuando no te esperaba.
Cuando te imaginaba, o cuando
En otros ojos, te encontraba.
Cuando sin saber porque, yo suspiraba…
O sin saber porque…
Sentía la fragancia del perfume
Que siempre, desde niña… conocía.
Pero que nunca… la encontraba...
Amor…
Ahora… llegaste… sé quién eres…
Me miro en tus ojos…
Siento el calor de tus manos… sueño…
Solo sueño, suspiro y me alejo…
Del sueño…  del sueño de mi vida.
Nada más... nada más.
Eva 
Miércoles, 27 de noviembre 2019
Protegida por Derechos de Autor de la R. de Colombia.


2 comentarios:

  1. Era silencio tu voz,
    Era melancolía de atardecer de verano, cuando el sol se tiñe de rojo y las nubes hacen terciopelo,
    La tarde languidece y el tiempo es un ermitaño, tristes y acurrucados se ven los pétalos que rozagantes el día embellecieron, dormidas se ven las hojas de los árboles en los esteros.
    Se va mi alma por entre los vericuetos buscando el aire fresco entre los cocoteros, de las palmas altas que se divisan a lo lejos, baja de notas es la melodía que el saltamontes canta en invierno, el tiempo es lúgubre el tiempo es lento.
    mi amor se recoge como remanso, te apresó entre mis brazos y le digo al silencio, déjame solo contigo, déjame con esa mujer que amo, quiero sentir el palpitar de tú corazón a cada pasó sentir tú respirar candente en mis oídos como volar de pájaros en madrugadas, sentir el fuego de tu cuerpo como brasa encendida en madero secó, déjame, déjame silencio solo en la plenitud de la noche, con ella no necesitaremos de ojos para vernos, si no manos para tocarnos y labios para besarnos, testigo será la noche silente callada, de cuánto te amo, de cuánto me amas.
    Cuánto te quiero,
    seré tu potro salvaje en las praderas de tu pecho, poniendo por Otero el pezón de tus senos, hay amada mía cuántas batallas no hemos librado en las noches de silencio, prueba de ellas son nuestros cuatro párvulos, que como aguiluchos comienzan a surcar el cielo,
    Ven, ven amada mía arrullate en mi pecho, y deja que la noche siga solitaria en el hemisferio, talvez mañana dormiremos bajo una lápida nuestro sueño eterno!!!
    Albaro Ballesteros
    Poeta colombiano.
    D. R. A.
    Dedicado. A
    Lina Guevara ..

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