MIRANDO LA CIUDAD
Desde lo alto de esta torre,
Perdida en el cielo.
En la oscuridad de la tarde
Fría de invierno.
El romero se duerme, esparciendo
Su perfume de montaña lejana,
De campo solitario y húmedo,
O muy seco.
Las luces de la ciudad,
Se encienden, a lo lejos…
Parecen estrellas y luceros
Que se han regado por los suelos.
El paisaje solitario y silencioso,
Desde esta altura ¡Es hermoso!
Pero Tú… tu no estas.
¡Estás tan lejos! ¡Tanto!
Que solo es necesario, en el mapa,
Una línea recta para llegar a ti…
Y nada más.
Si toco un botón, en mí escritorio,
Allí estas… pero no…
Debo dejarte pasar.
Los sueños, sueños son...
Sutiles, etéreos, invisibles,
¿Factibles? No… no… no.
Si lo fueran…
Dejarían de tener la magia de los sueños.
La felicidad de la realidad,
Los mataría
Y se convertirían, en leyenda y nada más.
Nada más.
Eva
Viernes 23 de
Septiembre de 2016
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