LA VOZ DE DIOS
En la penumbra de otra noche solitaria y fría,
Escucho la música que me eleva al cielo.
Es la voz de Dios, que en su ternura,
Solo me dice: sueña, niña mía… sueña.
Siempre he escuchado su voz…siempre…
A mi lado ha estado y siempre, me he
alejado,
Cuando he creído, que sola, puedo conseguir
La paz... y la alegría…
Para mi pobre patria… para mi pueblo, desolado.
¡Pobre de mí!
que en mi inconciencia…
Coloco mi fe, en unos y en los otros.
Busco consuelo, en quienes no saben darlo
Y encuentro,
solo vacío, incomprensión,
tristeza.
Lágrimas que no existen, sonrisas muy fingidas,
Halagos muy hipócritas…
Palabras muy bonitas, que solo son mentiras.
Promesas incumplidas... de paz, de amor y de
alegría.
Esta noche… me refugiare en los brazos de Dios,
Y hablare con El, como lo hacía, cuando de niña
Me dormía, en los brazos de mis padres y soñaba…
Que no había guerra, dolor, ni sufrimiento.
Que en mi
patria… nadie, moriría,
Porque sus banderas fuesen, azules, rojas o moradas.
Pobre mi patria, que hace cien años,
Riega con
sangre su suelo, sus campos, sus colinas.
Y sus héroes,
son ¡tantos… tantos… tantos!
Que jamás sus nombres, de memoria, aprenderíamos.
Eva
Escrita el domingo 19 de abril de
2015
Publicada el 27 de junio de 2016
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