LA
MARIONETA (II)
Hubo una vez que me sentí
muñeca.
Una pequeña y tonta
marioneta
Que el destino, como
buen titiritero,
Me hacia reír o llorar cuando quería.
Trajo a mi vida, la fe
y la alegría,
El dolor, el desengaño,
el amor, y la mentira.
La soledad, el frío, el vació…
Y me quitaba… Cuando
quería... la vida.
Así fue el amor que tu
me diste.
Así fueron los sueños
que para mi, forjaste.
Así fue el cariño que
me ofreciste
Y así, simplemente, te reíste.
De la mujer que se
volvió muñeca
Y en tus manos, se convirtió
En una marioneta del circo de tu vida.
Y un día…La magia… Que yo no conocía,
Me dio la mano y corrió
conmigo
Por un bosque encantado
de jazmines y violetas y me dijo:
"No eres muñeca… No eres
marioneta… Eres mujer…
Y aunque sufras…Solo
sonríe. Porque la vida es esta…
No siempre los sueños
se realizan…
Porque dejarían de ser
sueños…
Pero… Te aconsejo…
Olvida, y no vuelvas a
creer en ellos"…
Y entonces, comprendí...
que ya podía
Escribir el fin a una historia
Que nunca debió haber comenzado.
Eva
Viernes 5 de Octubre de
2012
Derechos
de Autor Reservados
Quizás tú quieras ser mujer y no una muñeca. Pero algunas veces es mejor ser marioneta y con ello nos evitamos, pensar, amar, vivir para los demás, etc. Y un día sin más todo se rompe y no se puede volver a remendar.
ResponderEliminarEspero que tú te sientas como lo que tú quieres ser.
PD. He vuelto aunque yo nunca jamás me he ido.