PLEGARÍA
Rodri:
“Me gustaría ver las
estrellas en esas noches nubladas”,
Eva:
Me encantaría encontrar luceros,
En esas noches calladas.
Rodri:
“Y escuchar el silencio
cuando las olas me hablan”
Eva:
Y escuchar en tus silencios,
Cuanto las olas nos hablen con susurros en
el alma.
Rodri:
“Me gustaría oír la
mudez de los silencios
Y el cantar de las
mañanas”.
Eva:
Y comprender en la brisa, el mensaje que nos
traigan.
Rodri:
“Me gusta mucho la
lluvia en las tardes soleadas
Y el olor de los
campos, olor a tierra mojada”,
Eva:
Tú sabes. Que la lluvia me encanta…
Y sentir que mi cuerpo mojado,
Se calienta con el sol, de media tarde…
Mientras el olor de los trigales
Se confunde, con el perfume que nos
deja.
La tierra mojada... al pisarla.
Rodri:
“Me gusta oler los
aromas de los montes de mi España.
Me gusta ver las perlas
del rocío
En la hierba muy segada
al despuntar las mañanas",
Eva:
Me gusta que el perfume de mi tierra
Y la aroma suave de los montes de tu España,
Se confundan, mezclen y perfumen
Las perlas de rocío que encuentras en la hierba
Al despuntar la mañana.
Rodri:
“Me gusta escuchar
cantar a las alondras al alba.
Me gustas oír en los
atardeceres entre malezas y zarzas
El canto del ruiseñor,
canto que sale del alma.”
Eva:
Me encanta el arrullo de cada concierto
Que me ofrece la alondra, en la mañana.
Y el que, el ruiseñor me regala, en esas tardes
calladas,
Antes de salir a buscar luceros. O estrellas
enamoradas.
Rodri:
“Me gusta ver como
llora un niño cuando le narran,
Los cuentos infantiles.
Cuentos que hablan de amor,
De amor a edad
temprana. Cuentos que hablan de reinas,
De princesas,
caballeros y de hadas”
Eva:
Me encantan los suspiros las miradas,
Que se pierden en el mundo de los sueños,
De los niños, de los viejos, los chiquillos,
Que soñamos con el amor, con ser reinas,
con ser hadas,
Con los príncipes azules, que nos aman.
Rodri:
“Me gusta ver a
la rosa mecerse en tu ventana
Con la brisa de la
tarde y el viento de la mañana.
Me gusta el rojo de los
geranios, el blanco del azahar,
Los colores de las
petunias y las moras en las zarzas”.
Eva
Me gustan todas las rosas, sus colores, su perfume.
Me encantan sin espinas, para que no te lastimen.
Me gustan los geranios, El azahar, tan
chiquitito,
Que a la distancia, su perfume lo engrandece
Y hace, que perdure en el recuerdo… Siempre…Siempre...
Me encantan las petunias y las moras en las zarzas,
Y jugar al que más coja, sin heridas, que nos
sangren.
Rodri;
“Me gustas mirar el
tiempo a través de mi ventana
Y como pasan las horas,
los días, en la pared de mi casa”.
Eva
Me gusta el paso del tiempo,
Me encanta el reloj de arena que señala… el
mañana.
Me encanta mirar el campo, a través de tu
ventana.
Ver cómo llega, el invierno, y luego, la
primavera.
Más tarde, el verano y ver caer las hojas
rojas, del otoño temprano.
Rodri:
“Me gusta escuchar
cantar a los olmos en las riberas,
Los olivos en las
laderas, el castaños en las montañas
Y las esbeltas palmeras
en la arena del desierto
O de las playas
costeras.”
Eva
Me gusta cómo me hablan los olmos, en las riberas
del río suave que pasa,
Me encantan los campos de olivos, que me cuentan sus
hazañas.
Me gustan los castaños solitarios, en las montañas.
Me fascinas las palmeras, que siempre me acompañan,
En la arena de mi playa, o en el desierto
desolado de mi alma.
Rodri:
“Me gustar el olor al
frío y la nieve en las montañas
Y el tenue olor del
rocío al despertar las mañanas.
Me gusta el olor que
dejan las noches cuando se marchan,
Arreboles del ocaso y
el azul verde del agua
En los mares y en los
ríos".
Eva:
Me gusta como la lluvia, el olor que deja
el frío en las montañas heladas.
Me gusta como me despiertan el ruiseñor y la alondra
Y el perfume del rocío envuelto con azahares. Cada
mañana.
Me encantan y suspiro…Viendo los colores de los
arreboles
Que despiden el día… Que despiden la vida… los
sueños…
De los que todavía soñamos y sentimos que
tenemos alma.
Me gustan esas noches largas…
De invierno y las cortas del verano.
Que me traen recuerdos de sueños, de risas y de
lágrimas.
De amores inconclusos. De amores que murieron.
De amores que quedaron sepultados
Por el suave perfume, de una mañana nueva,
llena de esperanza.
Veo correr el agua… Con sus colores
azules y verdes de la esperanza.
Y escucho la melodía, que cada una me canta.
La pequeña quebrada,
Que es murmullo suave de chiquilla enamorada.
El canto altivo y altanero del rio,
Que solo espera, someter a la tímida cascada,
Que entre sombras y peñascos corre libre
Soñando vencer con su dulzura,
Al río que la espera, para
seguir...Soñando... Soñando.
Rodri:
“Me
gusta el rumor de las olas cuando el mar está bravío
Y rugir de las cascadas
cuando se desborda el río.
Cuánto me gusta Dios
mío, lo que hicisteis de la nada”.
Eva:
A mí, lo que más me gusta, es, el mar bravío,
Cuando sus olas chocan, contra los arrecifes.
Cuando la tempestad resuena,
Con su canto, a veces, de sirena,
O a veces. De gigante moribundo,
Que amenaza. Que destruye… Que quiere devorarse
el mundo.
Y ver luego… Como le llega la calma…
Como se somete…
Cabizbajo y muy callado a la única fuerza
Que supera su violencia… y su orgullo... Dios…
Aparece el dueño de la vida, del universo
El Creador de todo lo creado… Dios…
Y le muestra su destino. Dios le señala
el camino.
Dios le dice vasta... Y se calma...
¿Entonces? También… Comprendo…
Que Dios es el dueño de mi alma y tu alma.
Rodri
y Eva
Domingo
16 de Septiembre de 2012
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los dos Poetas