.

.

domingo, 16 de septiembre de 2012

PLEGARIA. POESÍA ESCRITA A LA PAR DE DE OTRA.



"QUISE ESCRIBIR UNA POESÍA A LA PAR DE UNA 

ESCRITA POR MI GRAN AMIGO RODRÍGUEZRODRI. POETA ESPAÑOL"



PLEGARÍA
Rodri:
“Me gustaría ver las estrellas en esas noches nubladas”,

Eva:
Me encantaría encontrar luceros,
En esas noches calladas. 

Rodri:  
“Y escuchar el silencio cuando las olas me hablan”

Eva:
Y escuchar en tus silencios,
Cuanto las olas nos hablen con susurros en el alma. 

Rodri:
“Me gustaría oír la mudez de los silencios
Y el cantar de las mañanas”.

Eva:
Y comprender en la brisa, el mensaje que nos traigan.

Rodri:
“Me gusta mucho la lluvia en las tardes soleadas
Y el olor de los campos, olor a tierra mojada”,

Eva:
Tú sabes. Que la lluvia me encanta…
Y sentir  que mi cuerpo  mojado,
Se calienta con el sol, de  media tarde…
Mientras el olor de los trigales
 Se confunde, con el perfume  que nos deja.
 La tierra mojada... al  pisarla.

Rodri:
“Me gusta oler los aromas de los montes de mi España.
Me gusta ver las perlas del rocío
En la hierba muy segada al despuntar las mañanas",

Eva:
Me gusta que el perfume de mi tierra
Y la aroma suave de los montes de tu España,
Se confundan,  mezclen y perfumen
Las perlas de rocío que encuentras en la hierba
Al despuntar la mañana. 

Rodri:
“Me gusta escuchar cantar a las alondras al alba. 
Me gustas oír en los atardeceres entre malezas y zarzas
El canto del ruiseñor, canto que sale del alma.”

Eva:
Me encanta el arrullo de cada concierto
 Que me ofrece la alondra, en la mañana.
Y el que, el ruiseñor me regala, en esas tardes calladas,
Antes de salir a buscar luceros. O estrellas enamoradas.

Rodri:
“Me gusta ver como llora un niño cuando le narran,
Los cuentos infantiles. Cuentos que hablan de amor,
De amor a edad temprana. Cuentos que hablan de reinas,
De princesas, caballeros y de hadas”

Eva:
Me encantan los suspiros las miradas,
Que se pierden en el mundo de los sueños,
 De los niños, de los viejos, los chiquillos,
 Que soñamos con el amor, con ser reinas, con ser hadas,
 Con los príncipes azules, que nos aman.

Rodri:
 “Me gusta ver a la rosa mecerse en tu ventana
Con la brisa de la tarde y el viento de la mañana.
Me gusta el rojo de los geranios, el blanco del azahar,
Los colores de las petunias y las moras en las zarzas”.

Eva
Me gustan todas las rosas, sus colores, su perfume.
Me encantan sin espinas, para que no te lastimen.
Me gustan los geranios, El azahar,  tan chiquitito,
Que a la distancia, su perfume lo engrandece
Y hace, que perdure en el recuerdo… Siempre…Siempre...
Me encantan las petunias y las moras en las zarzas,
Y jugar al que más coja, sin heridas, que nos sangren.

Rodri;
“Me gustas mirar el tiempo a través de mi ventana
Y como pasan las horas, los días, en la pared de mi casa”.

Eva
Me gusta el paso del tiempo,
 Me encanta el reloj de arena que señala… el mañana.
Me encanta mirar el campo, a través de tu ventana.
 Ver cómo llega, el invierno,  y luego, la primavera.
 Más tarde, el verano y ver caer las hojas rojas, del otoño temprano. 

 Rodri:
“Me gusta escuchar cantar a los olmos en las riberas,
Los olivos en las laderas, el castaños en las montañas
Y las esbeltas palmeras en la arena del desierto
O de las playas costeras.”

Eva
Me gusta cómo me hablan los olmos, en las riberas del río suave que pasa,
Me encantan los campos de olivos, que me cuentan sus hazañas.
Me gustan los castaños solitarios, en las montañas.
Me fascinas las palmeras, que siempre me acompañan,
En la arena de mi playa, o en el desierto desolado de mi alma.

Rodri:
“Me gustar el olor al frío y la nieve en las montañas
Y el tenue olor del rocío al despertar las mañanas.
Me gusta el olor que dejan las noches cuando se marchan,
Arreboles del ocaso y el azul verde del agua
En los mares y en los ríos".

Eva:
Me gusta como la lluvia, el olor que deja el frío en las montañas heladas.
Me gusta como me despiertan el ruiseñor y la alondra
Y el perfume del rocío envuelto con azahares. Cada mañana.
Me encantan y suspiro…Viendo los colores de los arreboles
Que despiden el día… Que despiden la vida… los sueños…
De los que todavía soñamos y sentimos que tenemos alma.
Me gustan esas noches largas…
De invierno y las cortas del verano.
Que me traen recuerdos de sueños, de risas y de lágrimas.
De amores inconclusos. De amores que murieron.
De amores que quedaron sepultados 
Por el  suave perfume, de una mañana nueva, llena de esperanza.
Veo correr el agua…  Con sus colores azules y verdes de la esperanza.
Y escucho la melodía, que cada una me canta.
La pequeña quebrada,
Que  es murmullo suave de chiquilla enamorada.
El canto altivo y  altanero del rio,
 Que solo espera, someter a la tímida cascada,
Que entre sombras y peñascos corre libre
 Soñando vencer con su dulzura,
 Al río que la espera, para seguir...Soñando... Soñando. 

Rodri:      
 “Me gusta el rumor de las olas cuando el mar está bravío
Y rugir de las cascadas cuando se desborda el río.
Cuánto me gusta Dios mío, lo que hicisteis de la nada”.

Eva:
 A mí, lo que más me gusta, es, el mar bravío,
Cuando sus olas chocan, contra los arrecifes.
Cuando la tempestad resuena,
 Con su canto, a veces, de sirena,
 O a veces. De gigante moribundo,
Que amenaza. Que destruye… Que quiere devorarse el mundo.
Y ver luego… Como le llega la calma…
 Como se somete…
Cabizbajo y muy callado a la única fuerza
Que supera su  violencia… y su orgullo... Dios…
Aparece el dueño de la vida, del universo
El Creador de todo lo creado… Dios…
 Y le muestra su destino. Dios le señala el camino.
Dios le dice vasta...  Y se calma...
¿Entonces? También… Comprendo… 
 Que Dios es el dueño de mi alma y tu alma.
Rodri  y Eva

Domingo 16 de Septiembre de 2012

Derechos de Autor Reservados para los dos Poetas
    


1 comentario:

  1. Sé que estas un poco mohína conmigo, pero no tienes nada por qué estarlo. Hay momento para algunas cosas y algunas cosas para momentos.

    Me ha gustado mucho lo que has escrito sobre mi poema, y ya te dije en su día que en cuanto tenga tiempo no te preocupes que escribamos al alimón.
    Espero que esto te llene de serenidad y tranquilidad.

    ResponderEliminar